lunes, 10 de mayo de 2010

¿CÓMO VIVO LA CONFRONTACIÓN ENTRE LA CARRERA QUE ESTUDIÉ Y EL HECHO DE INCORPORARME COMO MAESTRO DE NIVEL MEDIO SUPERIOR?

Haciendo un recuento de mis inicios en el ambiente educativo —ya antes estuve dando un servicio de CONAFE del 1993 a 1994—, me inicié el 12 de septiembre de 2000 en mi natal Tabasco, en una comunidad llamada Nacajuca. Impartí las clases de Historia del Trabajo Social e Introducción a la Legislación Familiar. Al siguiente año impartí las materias de Historia de México. Para el semestre 2002-1 (de febrero a agosto), por ser interino, me cambiaron a un plantel de la costa tabasqueña, En el pueblo de Villa Vicente Guerrero, Frontera, Tab., siempre trabajando en el nivel medio superior. En el mismo año decido venirme a Oaxaca, pues aquí radican unos familiares desde hacía más de 10 años. La entrada A CECyTE Oaxaca (9 de septiembre de 2002) fue meramente circunstancial, ya que el plan inicial era entrar a telesecundarias, pero la respuesta de CECyTE fue más rápida de esperado. Y bueno, heme aquí como docente de nivel medio superior. Con esto no quiero decir que nunca haya deseado trabajar como docente, pues desde muy chico siempre tuve como sueño superarme y trabajar como maestro; cuando esto se dio, es fácil imaginarse la alegría que me inundó. Por más de siete años he ejercido mi trabajo con mucho ahínco, gusto y siempre pensando en la formación de jóvenes con otra visión de la realidad; más crítico ante los fenómenos sociales; que visualicen el contradispositivo de la ideología dominante, para dejar de ser alienados.
Para mí ser docente es una gran responsabilidad, pues en nuestras manos está formar a las nuevas generaciones que serán los ciudadanos; el que ellos sean buenos o malos ciudadanos depende de la formación que haya recibido en la escuela. Dependiendo de nuestras acciones dentro y fuera del aula, contribuimos a la formación de un joven que se enfrentará a un ambiente laboral altamente competitivo, de tal manera que la escuela es el laboratorio de una vida exitosa o, en el peor de los casos, una “catástrofe silenciosa”. Por ello, estoy consciente que mi trabajo es parte fundamental para generar una sociedad más justa y democrática, pues en mis manos está la formación de los integrantes de esa nueva sociedad. Por tanto, nos compromete a corresponder a esa juventud que confía su vida en nosotros. Ya no es válido formar con una pedagogía arcaica y anquilosada, a jóvenes que se desenvolverán en un escenario complejo y cambiante. Creo también, que el hecho que estudie la carrera en Sociología, me dio la facilidad de tener una consciencia sobre el papel de la educación para la generar un modelo nuevo de sociedad.
Por otra parte, hay muchas satisfacciones que la docencia me ha dado. Que mayor dicha que la de hacer amigos a los egresados. Saber que contribuyo a formar a jóvenes con una mentalidad más abierta y reflexiva; el de tener un lugar primordial en el pueblo, el respeto de la gente, pero sobre todo el de ser privilegiado de tener un trabajo en este tan sufrido país. Además que el estar en este ámbito laboral me permite seguir cultivándome, prepararme en un área del conocimiento, me permite gozar de un libro: cosa que muy pocos pueden darse el gusto.
Creo que las insatisfacciones son mínimas con respecto a lo positivo que me ha dado la docencia. Creo que tiene que ver con la relación de conflicto entre los compañeros y con los directivos, en lagunas ocasiones. De allí, creo que también tiene que ver con la actitud que uno asume en el centro de trabajo. Pues bien dicen que uno acondiciona el ambiente en donde quiere vivir.
Compañeros espero sus atinados comentarios. Gracias.

1 comentario:

tomasddbt dijo...

Creo que tenemos la portunidad de trabajar en algo que nos permite hacer muchas cosas para superarnos.